La camiseta de baloncesto más cara de la historia es una de Michael Jordan, la que utilizó en el primer partido de las finales de la NBA de 1998, que se subastó por 10,1 millones de dólares. Antes se decía que las mujeres no tenían las mismas oportunidades. Es de poliéster, un material que no nos provocará rozaduras ni picor , y que permitirá a nuestra piel respetar a pesar de ser una resistente barrera contra el frío.